EL  COSSÍO  BIS  DE  RODRIGUEZ  (II)

En el citado hace unos días “Cossío bis” (Rodriguez. 2006), enciclopédica obra magna del toreo alternativo, y bajo el epígrafe que a continuación se señala, se rastrea la presencia del llamado Taller de Reinsertables al amparo de su referencia telúrica, Don Vinicio Pollo Sanguinetti, y, al alimón, de sus profetas Guillermo Alonso del Real  y José María Alfaya. A continuación se reproducen algunos fragmentos con la misma intención pedagógica hacia el pueblo cubano, para que sepa con quién habrá de lidiar en breve en varias corridas que tendrán lugar, con ocasión de la Feria de La Habana, en los marcos incomparables de las plazas del Morro, La Utopía (Miramar) y EGREM.

         

          RODRIGUEZ

LA GANADERIA DE DON VINICIO POLLO SANGUINETTI

Esta divisa acabó siendo producto de diversos cruces. La originaria, del mismo hierro y nombre, tiene su cuna en el norte de Marruecos, con una pareja de reses (Hablaor y Caperucito), de las ganaderías respectivas Alfaya y Alonso del Real, que D. Vinicio Pollo amamantó a sus propios pechos, dos encastados animales que acabaron por no poder convivir en el mismo corral. Desencajonado el primero en la Península Ibérica, al cabo de poco tiempo se cruza con unos desechos de tienta de la ganadería de los Herederos del Rabo Radiactivo (Bailaor y Bocarrara), a su vez cruce de las dehesas de Pepe Tarduchi y Juanjo Herrranz. Numerosos críticos no dan un duro por este encame, dudan que el mismo suponga refrescar la sangre y mejorar la raza de los vinicios, y dan la espalda a las corridas que se ofrecen  de esta ganadería regenerada (o degenerada). Sin embargo, con una constancia y coraje dignos de encomio, el ganadero no ceja en sus experimentos genéticos y mantiene su política de cruces. Al tiempo de los dos anteriores, es Botinero quien comparte forraje y pocos años después Becario, de las cabañas de Don Jesús Marco y Don Quico Aladro, por ese orden. Esta concepción de ganadería–fusión constituye una de las señas de identidad del hierro.

Progresivamente Vinicio Pollo va adquiriendo de saldo otras reses que conviven apaciblemente en los pastizales, configurando una ganadería desigual al provenir cada astado de padres y madres distintos, pero que da juego en todos los festejos. Las más diversas aficiones han conseguido con frecuencia su vuelta al ruedo, cuando no su indulto, pudiéndose contar con los dedos de una pezuña las veces en que hayan sido devueltos al corral.

Con el tiempo, a los ya dichos, habría que unir los nombres de Cervecito, Pocopelo y Eslovaco (de las ganaderías respectivas Yagüe, Cuco Pérez y Avia), pero no pueden olvidarse otros bichos cuyas ganaderías de origen señalamos entre paréntesis, y que con mejor o peor fortuna pastaron en las verdes praderas del Sr. Pollo y que han de considerarse vinicios por una o varias temporadas: Rebequito (Darío Alvarez), Dudoso (José Luis Rodríguez de la Flor), Jirafona (Beatriz de Asturias), Boludo (Marcelo Mayer) y Postinero (Felipe Palomo). Mención especial merecen el cinqueño ilidiable, pero chochón, Lecturas (José Luis Padín), y un sobrero por nombre Solitario (José Ramón Catalán), a quien nunca se le dio suelta en el redondel pero que siempre permaneció alerta en los corrales (hasta su reciente apuntillamiento el día de los Santos Inocentes de 2011 al quedar inválido tras un derrote en el burladero).

En definitiva, una ganadería brava, encastada, con hechuras, bien presentada aunque desigual de estampa, cabeza y capa, de embestida franca, alegre y cómoda. A continuación les pasaremos revista (sólo citaremos, para que la exhaustividad no llegara a cansar al lector, a uno de los dos animales cuya sangre dio origen a esta ganadería).

JOSE Mª ALFAYA, de nombre Hablaor. Cinqueño colorao, cuellicorto y enmorrillado. Morlaco descarao de pitones y cornigordo. Serio, con cuajo, respeto y romana. Normalmente boyante, saca temperamento y se encampana desafiante cuando los peones le marean con sus abaniqueos, empitonándoles con impresionantes tarascadas.