sábado, 18 de febrero de 2012

DIARIO DE AVISOS NÚMERO 6

Que quede señalado en los anales que La Discreta ha participado, casi sin saberlo, en un homenaje a Juan Almeida, Comandante de la Revolución, y a otras egregias figuras del mundo artístico y cultural de acá, cuyos nombres, por desgracia no quedaron retenidos en la neurona del cronista, ni estaban las circunstancias para sacar papel y bolígrafo y empezar a recabar datos. Fue en la Sociedad Cultural José Martí, donde –después de un rato de contactos con diferentes responsables- llegamos a la conclusión de que “lo nuestro” se había suspendido pero que nos “reciclaban” para lo ya explicado anteriormente. Como la “proscenitis severa” del dúo canoro no se había aminorado con todas las cantatas anteriores, dijimos que sí y participamos junto a otros artistas, mejor dicho, junto a unos artistas del bolero y del cantar ampulosísimo que se acompañan de gestos dramáticos y contoneos de cadera y hombros que arrancan aplausos y el equivalente a un olé ante un pase de pecho, entre el respetable.

Después nos fuimos a casa de Chely Tuero donde pasamos una noche inolvidable de conversación que no es para resumir en estas notas. Chely habló de su apasionante “carrera” profesional con una humildad que hacía todavía más alucinante la narración. El libro de Tuero tiene que ser publicado y habría que hacer otro sólo para la hija.

Al día siguiente, 17, nos fuimos a recoger a Isadora Cruz, nuestra violinista de jam session. Encantadora mujer, resolutiva, llena de vitalidad y buen humor a la vez que contenida y prudente (salvo en la intención de acompañarnos) no costó nada hacerla aceptar que viniera con nosotros a los tres actos que se anunciaban finalmente: a las 11h la presentación de La Discreta (sección ensayo) en La Cabaña, a las 14h en la Casa de la Poesía (en realidad el Centro Pablo de la Torriente Brau, Habana Vieja) y luego, la caza y captura de Carilda Oliver en la UNEAC, a las 16h, donde nos pensábamos presentar por la cara a ofrecerle, cual tuna compostelana en restaurante de turistas, el ramillete de las canciones carildeñas.

Cumplimos los horarios e itinerarios con precisión de Caneiros voladores: Lo de La Cabaña quedó estupendo de palabra y canción, peor de número de asistentes e inmejorable de aceptación de los presentes. Descubrimos incluso entre el público a un profesor consultante master en longevidad satisfactoria, al que hemos fichado para La Discreta y para los discretos que presenten síntomas de longevidad y/o insatisfacción, porque, si queremos hacer algo más en Cuba, habrá que tomar mucha moranga y replantearse muy seriamente los proyectos vitales, sobre todo ahora que entramos en nuestro “periodo especial” español y con la desventaja de que los imperialistas no están enfrente, como aquí, sino dentro y ya nos han quitado lo que aquí sobra: el buen humor y la excelente gestión de lo cotidiano con todas sus variantes imprevistas. Nosotros, en cambio, resoplamos ante cualquier contrariedad mínima. Pero estamos aprendiendo muy rapidamente, con ayuda de nuestros apoyos cubanos, a administrar los tiempos.

Frente a la forzada práctica organizativa del Alfaya, que intenta presentarse una hora antes por si tu pelo, Isadora nos hizo una demostración palpable de cómo sacar minutos de la nada para ofrecernos una comidita antes de la actuación de las 14h. Y hasta nos trajo chocolate (negro y con leche) para reforzar nuestras energías.

A las 15h nos despedimos con pena del patio y de la responsable del Centro Pablo y salimos corriendo para la UNEAC esperando el encuentro con Carilda. Empezamos por encontrarnos con Etnairis, con Soledad, con Awilda... Soledad hizo unas chicuelinas y delegó la responsabilidad de acompañante de Awilda a Isadora. Luego hizo mutis, que tenía otras muchas cosas que hacer.

Eran las 16h menos algo y Carilda no aparecía. Pepe Tarduchi ya había anunciado que Carilda es como Dios: no existe pero llena nuestras vidas. Caneiro se lanza a proponer nuestra participación en la presentación de libro de sonetos. De hecho podríamos cantar algunos que ya están musicados porque la edición no contiene, según parece, novedades. Comprobamos desde lejos que aceptan muy rapidamente y no tardamos en comprender que les acabamos de salvar la vida porque Carilda no vendrá y no tienen más que para cinco minutos de presentación.

Así que salimos a cantar dos canciones y, como la cosa resulta, terminamos cantando una tercera, acompañados por la Isadora, que culmina su jornada boy scout de apoyo a la tercera edad quedándose con Awilda (entiendo que sujetando con mano firme las riendas porque Awilda sigue siendo tan mayor como potente), mientras nosotros volvemos al hotel para la cita con la familia Mir. Entre tanto Etnairis ha dejado caer la propuesta de ir al día siguiente a la playa, pero como no están Juan, ni Pedro ni Noemí, la iniciativa es atendida tan sólo por Mónica que queda en una cita mañanera (demasiado mañanera quizás para su biorritmo) para buscarse un camino de sal.

Cenamos en casa de la familia Mir, con una comida excelente y una conversación de confianza, como si nos conociéramos de toda la vida. Pero en el intercambio de información aprendemos muchas cosas y percibimos el honestísimo patriotismo de gente sencilla que han trabajado duro y han asumido responsabilidades que no les han cambiado la apariencia de pueblo llano. Comparados con la muchedumbre española de monos y monas vestidos/as de seda, esta gente certifican  la existencia de otro mundo infinitamente más realista que las vanaglorias que hemos venido queriendo acaparar durante estos últimos años en España.

Hoy es ya día 18. Tenemos (¡qué raro!) sólo dos actos: A las 16h en la UNEAC y a partir de las 17h. (que serán las 18h) la descarga de trovadores en la Casa de la Música de Miramar. En medio había otra descarga en el Pabellón Cuba pero no tenemos, literalmente, tiempo.

Para mañana domingo hemos convocado en el Hotel Nacional a toda la gente más próxima que tenga ganas de charlar tranquilamente al menos por un momento, porque ha habido muchas conversaciones entrecortadas y merece la pena finalizar algunos párrafos. Me he estado acordando de Emilio Gavilanes y su admirable tabla de escribir frases reposadas, acaso una palabra cargada de sentido. Aquí tendría que traerse una grabadora digital para poder hacer un mínimo acopio de todo lo que circula verbalmente a tu alrededor.

(Seguiremos informando)

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