viernes, 23 de marzo de 2012

CONFESIONES DIVERSAS 2



Oigo pronunciar mi nombre. ¿quién osa ? ¿con qué intención se me reclama ? ¿Acaso sabéis de mi identidad, quién soy y qué soy para vosotros ?

Soy tan antigua como la vida de los humanos y soy permanentemente joven. Soy botín deseado y eterno campo de batalla, soy continente y contenido, la botella y el mensaje cuya azarosa trayectoria recorre la historia de los humanos. Siendo de todos he sido raptada y violada por algunos, que me querían poseer en exclusiva. He sido zarandeada y confundida entre otras celebridades : la Religión, la Moda, las Artes, el Prêt á Porter…

Otras veces me han interpretado por la forma, por las herramientas que me acompañan, como si pudieran reducir mis señas de identidad a la vinculación con una etnia, una técnica, un tiempo y un lugar. He sido de piedra tallada y pulimentada y de metales groseros o preciosos.

Me han llevado, a través de los tiempos, en las mochilas de los guerreros, en los zurrones de los pastores y en las faltriqueras de clérigos, monjes y mercaderes. Desde el bando de los triunfadores he visto cómo imponían mi presencia a gentes que me desconocían y desde el lado de los vencidos he sufrido persecución y clandestinidad. He sido bocado de cardenal, teta de novicia y caramelo a la puerta de un colegio. Uva verde, manzana del árbol prohibido y flauta de Bartolo.

Sí. Aunque me revistan con severos ropajes de Academia, soy alegre y hasta descocada. El Poder, ese demonio masculino, interpreta siempre mal mi natural simpatía y tiende a propasarse de palabra y obra. Alguna vez, tan sólo por oír mi nombre, ha sacado la pistola, otras me han puesto sello de severa exclusividad y me han transformado en un rito sólo apto para iniciados, o para potentados que me disfrutan egoístamente. Eso me ha pasado, a veces, cuando me junto con mis viejas compinches exhibicionistas, las Artes Escénicas. La Literatura, a través de la Imprenta, me distribuía muy bien entre las gentes sencillas. Eso era, sobre todo, antes de que se inmiscuyeran los frívolos Audiovisuales. Las Plásticas, por su lado, me dan un aire de casi impenetrable sofisticación que enloquece a mis admiradores burgueses y engorda a los mercaderes que trafican conmigo, es decir, a mi costa…

Soy de amplios horizontes pero las Grandes Superficies no me distribuyen sin hacerme pasar previamente por un proceso de banalización , que es como una lobotomía del Intelecto Trascendente… Y cuando me revisto con bata de laboratorio y me hago acompañar por mi amiga la Ciencia, parece como si me volviera transparente, y todos ponen sus ojos en la Tecnología, siempre pimpante, a la última moda. Lo contrario de lo que me ocurre con la Política, esa vieja arpía, que se empeña en que la acompañe para disimular, con mi lozanía y mis faralaes, sus miserables afeites y las cicatrices de su continuo andar a la greña con el Poder, ese egoísta que no se casa con nadie pero coquetea con todas : la Economía, la Justicia, la Milicia… A mí me aguantan en el grupo por mi faceta bohemia y mi facilidad para conectar con los explotados de este mundo, que mis compañeras tratan con tanto distanciamiento. Los pobres me reclaman como algo muy suyo que les ha sido arrebatado, pero cuando, por fin, estoy con ellos, siempre nos vigila la Policía, no vayamos a fecundar Ideas fuera del Orden Establecido.

Soy un poco de todo y de todos y mi nombre es usado en vano, hasta en los frontispicios de Concejalías, Consejerías y Ministerios, lugares donde ni se crea ni se destruye, ni se transforma, …sólo se administra; pero mi origen telúrico, agrario, me mantiene las raíces sólidamente implantadas en nuestra tierra y soy a la vez semilla, planta y fruto.

Soy la Cultura, sí. La memoria, comunicación y asimilación de las conquistas materiales e intelectuales de los humanos, la síntesis y proyección colectiva de lo que este animal asustadizo, con conciencia de su propia desaparición, intenta transmitir sobre sí mismo y los que le rodean para no sentirse absolutamente solo en su titánica tarea de supervivencia.

Habéis pronunciado mi nombre. Que sea para bien. Que sea esta Cultura que invocáis sustantivo sujeto de vuestra acción y no adjetivo calificativo de un endeble decorado.
Que os sirva para desarrollar la vida que deseáis alcanzar porque cultura es cultivo, es cuidar de la vida.
Fdo. La Cultura

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