jueves, 22 de marzo de 2012

¿DE VERDAD QUE LOS SINDICATOS NO VALEN PARA NADA?


1º  La Constitución Española reconoce a los sindicatos de trabajadores el derecho a constituirse, participar en las políticas públicas y en la planificación económica del Gobierno.
 
2º Los sindicatos, en función de su representatividad, representan a sus afiliados, pero también al conjunto de los trabajadores.
 
3º Las elecciones sindicales permiten determinar la representatividad de cada sindicato, cosa que no ocurre con las organizaciones empresariales, en las que no hay elecciones libres.

4º CCOO ha ganado en las elecciones sindicales el derecho a participar en la negociación de la gran mayoría de los convenios colectivos que regulan los derechos y condiciones de trabajo en las empresas

5º Los sindicatos reciben del Estado por esta acción sindical que desarrolla las leyes y las adapta a cada sector y empresa 15,7 millones de euros. Hablamos de más de 4.000 convenios y la mayoría de los trabajadores y trabajadoras. Aparte de esta labor, estos fondos se dedican a la representación legal y jurídica de trabajadores, asesoramiento y formación de trabajadores, con toda la infraestructura que conlleva.

Las organizaciones empresariales, todo hay que decirlo, reciben ayudas similares. Los 
partidos políticosreciben 84,4 millones de euros, la Casa Real 8,9 millones y la Iglesia Católica, sin reconocimiento constitucional en un Estado laico, recibe 252 millones de euros.

Las asociaciones juveniles reciben 7,8 millones. La Federación Española de Futbol, 4,8 millones. Lasempresas privadas de prensa escrita y las televisiones 
privadas reciben 360 millones de euros, el cine español, 89,6 millones de euros.

Los curas que trabajan en instituciones públicas como hospitales, cárceles y el ejército, reciben lo mismo que los sindicatos, 15 millones de euros.

Los profesores de religión nos cuestan 600 millones de euros y las subvenciones a los toros 564 millones de euros, 
aunque sólo merecen el interés del 28 por ciento de los españoles.
No parece mucho, así pues, la cantidad que reciben los sindicatos. Sin embargo siguen abundando los ataques, según los cuales, los sindicatos están comprados y no defienden los intereses de los trabajadores.

Veamos el caso de 
CCOO. Los más de 1.200.000 afiliados y afiliadas, con el pago de las cuotas, cada mes, aportamos 118 millones de euros cada año al sindicato. Los servicios jurídicos para afiliados y no afiliados, aportan unos 20 millones de eurosLas subvenciones del Estado no llegan a suponer ni el 10 por ciento del total de nuestros ingresos.

Los poderes económicos, salvados de la crisis por el Estado. Los poderes políticos que mantienen sueldos públicos, subvenciones públicas y una corte injustificable de cargos a dedo, asesores, gabinetes, etc. 
Los poderes mediáticos, que viven de la subvención y la publicidad de las Administraciones públicas, saben todo esto, conocen la realidad.
 
Siguen atacando a los sindicatos, porque saben que son la barrera más sólida para frenar su avaricia, la especulación, la corrupción y los ajustes y recortes, que están haciendo pagar a los trabajadores y sus familias, el coste de la crisis.

Para ello no dudan en utilizar dos tácticas muy ensayadas por los regímenes totalitarios: "Las grandes masas sucumben más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña",
 "una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad".
 
Como ejemplo de desmanes contra los sindicatos está la criminalización de los liberados sindicales; por ejemplo, en Castilla La Mancha, la puntilla la puso Mº Dolores de Cospedal, reduciendo de manera "ilegal" su número a los mínimos exigidos por Ley, con la excusa de que eran "privilegios" pactados con el anterior Gobierno del PSOE; para su pesar, esta semana, el Tribunal Superior de Justicia, estimó la demanda de CC.OO. contra esta decisión, reconociendo los que es un derecho en toda regla, en lo que podemos calificar de la primera derrota legal de la Cospe
 

 
Nos esperan años de recortes sociales, retrocesos laborales y de protestas en la calles;
allí estaremos los sindicatos; en las calles y en los centros de trabajo.
Mal que les pese a algunos.
 

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