viernes, 23 de marzo de 2012

CONFESIONES DIVERSAS



Creo que ha llegado el momento de quitarme el disfraz: Alguna vez fui buena, es verdad, pero desde que me junto con la Hipocresía me siento más bien Perversa, como una metáfora letal oculta tras un camuflaje. O disputando su propia identidad a la Subversión, que siempre se la achacan a los pobres cuando, en realidad, la practican los ricos junto con la Desfachatez.
Los nombres compuestos esconden siempre algo. Recordad a nuestra vieja conocida, la Democracia Orgánica de acá, impuesta por Franco,que te la imaginabas siempre definida más por lo segundo que por lo primero, o la Democracia Cristiana promocionada en Italia por los americanos a cristazo limpio, como ahora van a inventarse lo de la Democracia Musulmana. Está claro que lo de la “acción humanitaria” es un nombrecito con potencialidades paragüeras que se desarrollan a partir de un célebre axioma: quien bien te quiere te hará llorar.
A partir de tan lastimosa manifestación de buenas intenciones me han convertido en uno de esos conceptos de moda que, respetablemente, aparentan lo contrario de lo que son. Como los libros de autoayuda, que sólo ayudan a su autor. Y la simulación resulta rentable, tanto si cuela como si no, porque los que denuncian la incongruencia entre mis propuestas y mis prácticas, terminan enfangados en una discusión de corte escolástico sobre lo que es y lo que parece humanitario, pero sin poder neutralizar la acción, que sigue su avasallador avance bajo otros uniformes camuflados, por ejemplo: acción liberadora por acción avasalladora. Y, además, me sitúan en medio de todo un sistema metafórico perverso donde nos ofrecen alusiones sacadas del mundo de la Medicina y la Cirugía para describir las prácticas carniceras de una sala de despiece. ¡Ay esa “acción quirúrgica”! ¡Ay esa “intervención aséptica”! Al final, junto con las víctimas directas a las que también se les ha cambiado la filiación: ahora son “daños colaterales”, sufre la auténtica humanidad que queda corrompida bajo la manipulación de las palabras. Para recuperar mis señas de identidad habría, en estos casos, que volver a la más pura ingenuidad y preguntar, alto y claro, ¿Algo de lo que ocurrió en Irak por voluntad Imperial  podría ser una acción humanitaria? ¿O yo soy sólo  lo que ocurrió en Irak?

Fdo. La Acción Humanitaria.

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