martes, 21 de febrero de 2012

REFLEXIÓN FINAL (con correcciones y añadidos)

(Para una entrevista con Luis Toledo Sande).




...Lo primero que me alucinó fue ver las colas de gente esperando entrar en la Feria del Libro. Luego, las colas de gente comprando libros. Además, el ambiente familiar, colectivo... me recordaba las Fiestas del PCE en la Casa de Campo, de Madrid, en sus buenos años.

Luego me llamó la atención el precio de los libros, luego el número de editoriales, más tarde la multitud de actos de presentación, no sólo en El Morro-La Cabaña, sino por toda la ciudad: Centro Pablo de la Torriente Brau, UNEAC, Sociedad Cultural José Martí...

Disfruté del buen humor, de la infinita amabilidad de los habaneros, de la facilidad de palabra y la adaptación a cualquier circunstancia de lo cotidiano. Me llamó mucho la atención el respeto formal en las conversaciones, aún en los debates con puntos de vista contrapuestos. Me reí a carcajadas en el Patio del EGREM con Bladimir Zamora ejerciendo de anfitrión de trovadores españoles necesitados de una urgente alfabetización en conocimientos de quién es quién en la música cubana. Me reí mucho más cuando trovadores y público asistente cambiaron por un largo y apasionante momento, el cántico conjunto de las canciones de la reciente trova, a golpe de voz y guitarra, por un no menos intenso debate sobre jerarquías (o no) musicales y sociopolíticas de los monstruos "sagrados" (pero al alcance de la palabra crítica de los "feligreses") de la Nueva Trova, que terminó con votaciones y vivas a la Dialéctica, rifirrafe de opiniones enfrentadas entre el papel de la Nueva Trova y de la trova más reciente a la hora de fotografiar lo cotidiano y reconciliación inmediata con más canciones a todo pulmón.

Agradecimos la generosa acogida a nuestro trabajo "caribeño". Cantamos a Soledad Cruz, Etnairis Rivera, Julia de Burgos y Carilda Oliver y la gente nos escuchó con respeto y hasta con emoción. No se nos olvidarán las sensibles lágrimas de la joven locutora de Habana Radio mientras le cantábamos a Carilda Oliver.

Estuvimos muy cómodos en el programa de tv "Entre manos", en buenas manos diría yo: Marta Campos, Juan Carlos Travieso, y todo el resto del equipo nos hicieron partícipes de su buen hacer y de su travieso (por el director, quizás) sentido del humor. Mención especial merece ese huracán (benévolo) tropical que responde al nombre de Fidel Díaz Castro, al que siempre agradeceremos que nos bautizara por inmersión en el Patio del EGREM y en La Utopía (¡qué bello concepto para aliviarnos de lo que está cayendo!).

Fue también un momento especialmente fructífero de encuentros: con jóvenes poetas venezolanos, con una potentísima delegación chilena  de la Corporación Cultural de Antofagasta, siempre, como dice Eduardo Galeano, olvidando infecundos periodos "en el que la izquierda confundía la seriedad con el aburrimiento".
Cierto que tuvimos que lamentar no poder, no alcanzar a establecer todos los contactos que hubiéramos deseado, a todos los niveles: Con Zuleica Romay, Aida Bahr, Roberto Zurbano, Carlos Padrón, Nelson Dorr, Teresa Melo, Irina Bernal... y Carilda Oliver. Cierto también que apenas pudimos salir de La Habana y se nos queda para otra ocasión visitar Santiago, Santa Clara... Cierto, en última instancia afortunada, que Awilda Palau hizo, nada más marcharnos nosotros, lo que no pudimos y supimos hacer a lo largo de nuestra intensa estancia, de manera que La Discreta ha estado finalmente asomada a los ámbitos donde se pueden plantear proyectos e iniciativas.

Al menos pudimos compartir momentos, mucha conversación cruzada y alguna reposada con Awilda Palau y Etnairis Rivera, con Soledad e Isadora Cruz, con Chely Tuero, con la familia Mir Mesejo... Con Luis Toledo Sande, de Bohemia,  Eduardo de Llano, del ICAIC, con Guillermo Nova, de Cubainformación, con no menos de dieciocho taxistas parlanchines y un cochero. Con cubanos españoles y españoles cubanos. Con Susana Oviedo y Javier Egea (in memoriam), Con Aitana Alberti. Con músicos y danzarines callejeros. Con cantautores y trovadores. Y adquirimos (a título personal, claro) algunos compromisos: Con Isadora, con Awilda, con Julia de Burgos en su calle de Manhattan. Los cumpliremos con discreción o sin discreción, pero no cabe duda de que es el momento de que Awilda pronuncie una fatwa sobre lo que hay que hacer para que La Discreta (y los discretos) sepan a qué atenerse, que es muy fácil de realizar: Estar tal día y a tal hora en Manhattan para honrar a Julia de Burgos y, en momentos más descansados para los responsables cubanos, acordar la reedición del cd "A Julia sin lágrimas" en Cuba a partir del trabajo ya grabado en España. Pero puede haber otros proyectos de colaboración y hay posibilidades de una amplia participación cubana. Vuelvo a decir que es un trabajo para La Discreta pero si la organización actual no puede, será trabajo más que honroso de algún indiscreto que rompa amarras con la discreción. Y no hablamos sólo de música.

(Nota posterior a la primera redacción: Se cumplió lo de la fatwa de Awilda. Awilda habló y a los gallos que kikirikean se les puso conciencia de hormigas trabajadoras).

Es evidente que tenemos que volver a Cuba. Ustedes lo han provocado y el que avisa no es traidor. Tenemos que volver a Cuba para terminar o emprender contactos de colaboración entre personas y entre editoriales. Seguimos con la ilusión de que en Cuba podamos publicar a Julia de Burgos en colaboración con el ICL y que podamos publicar en España a Carilda Oliver y ofrecerle sus poemas musicados desde nuestra sensibilidad, que no es más que fruto de la admiración y así esperamos que se entienda, porque Ediciones de La Discreta es tan española como poco comercial y está más que preparada para la coedición, el copago, la colaboración, la cooperación, la coordinación de proyectos que unan el Caribe con la vieja piel de toro en el terreno de lo cultural, empezando por el mutuo conocimiento y difusión.

Es gozoso pensar que volveremos a Cuba. Pero que conste que también esperamos tener la ocasión de recibir a nuestros amigos cubanos en España para ir alternando los escenarios de la complicidad. No faltarán ocasiones, espero, de seguir conociéndonos, juntándonos para hacer en común cosas aparentemente corrientes como un libro, un disco, una descarga de trovadores... pero puestas al servicio de lo colectivo, de -como decía una experimentada militante chilena- la inteligencia del pueblo organizado.  Si algo se aprende rápido en Cuba es que la capacidad individual no se ha separado dramaticamente -como en Europa y más pateticamente en España- del porvenir comunitario. Ahora que, en mi opinión -claro-, lo que nos daba el nivel común de bien estar está amenazado y carcomido incluso en el nivel de exigencia de una buena parte de la sociedad española, reconforta saber que el sentido de lo colectivo sigue aguantando en Cuba. Serán las nuevas generaciones de uno y otro lado las que decidan los porcentajes que mantengan el equilibrio para la mayoría de la sociedad, pero no nos cabe la menor duda de que si se necesita cultura, solidaridad y gestión de dificultades, nuestros amigos cubanos tienen mucho que enseñarnos. También tendrán, viendo las nuestras (las dificultades) una mejor percepción de lo que son verdaderamente las pretendidas "ventajas de la civilización occidental", frase maravillosa con la que un profesor egipcio cooperante en Argelia me justificaba la opción de haberse comprado unos muebles viejos del tiempo de la colonia francesa en el "marché aux puces", en vez de colocar unas colchonetas moriscas como hacíamos el resto de los cooperantes en nuestras casas de "progres".

Hasta pronto, Isla Mágica. Ahora entiendo por qué se dice que "más se perdió en Cuba" y aunque aquello ni lo perdí yo ni lo considero personalmente tan mío como para sufrir de una pérdida en lo individual, te deseo poder seguir compartiendo contigo lo mucho que nos une para que nada nos separe.

2 comentarios:

  1. Gracias, José María, por ese completo y emocionante resumen de lo que ha sido (y habrá de ser el en el futuro) vuestro viaje a Cuba y los proyectos que se apuntan y que tan interesantes resultan. Luis.

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  2. Gracias, Maestro, hermoso texto y hermoso viaje. Efectivamente, La Discreta tiene algunas tareas pendientes que esperemos pueda cumplir. Quedamos a la espera de esas fotos y más comentarios, así que seguiremos atentos al blog todavía.

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