viernes, 27 de enero de 2012

DIFERENCIAS

Una anda contagiada con el virus de la XXI Feria del Libro que empieza a desplegar sus seducciones antes de febrero. La Feria se ha convertido en una de las fiestas más importantes del archipiélago.  A pesar de la crisis económica extiende sus escenarios y logra hacerlos llegar a todo el país. Pero si una revisa los grandes medios de comunicación, las declaraciones gubernamentales, los presuntos adaliides de la democracia no se refieren a ese milagro de libros multiplicados, subvenionados por el estado, para que escritores y lectores mantengan y amplien sus vinculos. 


Una escucha las noticias: Estados Unidos, secundado por Europa tienen una única propuesta para intentar resolver la crisis mundial: invasiones, bombardeos, guerras. Mientras la constantemente agredida Cuba lleva médicos y maestros a culaquier sitio del planeta que los necesite, se emepeña en buscar fórmulas para solucionar sus desaguisados internos, arregla hospitales, somete a perfecionamiento sus sistema de salud y educación, su econmía, reconstruye sus sistemas viales, flexibiliza mecanismos para que la produción agrícola aumente y conseguir seguridad alimentaria para sus gentes.


Una no tiene que ser cubana, ni revolucionaria, pudiera ser cristiana, musulmana, monja budista para percatarse de las diferencias de objetivos y obra de Estados Unidos-Europa y de Cuba, porque a simple vista saltan las diferencias. No sólo conozco los problemas de Cuba, los he hecho públicos en Cuba y fuera de Cuba, podría publicar un libro con decenas de páginas de los artículos donde he señalado con honestidad y amor lo que me parecía que no iba bien, y me he congratulado de sus aciertos palpables, he sufrido incomprensiones, imperdonables limitaciones , injusticias,- y lo digo para que se sepa que no hablo desde el púlpito de la complacencia-, pero ninguno de esos sucesos lamentables han nublado mi discernimiento sobre las diferencias entre el genocidio de la naturaleza y los terricolas a que conllevan las pretensiones imperialistas y los errores vernáculos en el afán de propiciar oportunidades de crecimiento humano que encuentran grandes obstáculos porque eso requiere un ser planetario nuevo, como lo proclamaron San Agustin y Che Guevara y hasta las profecías mayas. Pero no renunciar al intento de conseguir lo que parece imposible en este mundo amenazado por la irracionalidad de los poderosos me parece más que suficiente, para amar a Cuba y para defenderla ante sus voraces enemigos voluntaros.


Otra vez se armó la gran campaña contra la isla este enero de 2012, pero mientras unos se dedican al diabólico ejercicio de la codicia dentro y fuera, una no puede dejar de agradecer que a pesar de amenzas, problemas por solucionar, falta real de recursos, el virus de la XXI Feria del Libro de La Habana siga contagiando a tantos como heraldo de la esperanza que sigue anidando en las contradictorias corrientes de este archipiélago en el corazón del Caribe.


Soledad Cruz

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