viernes, 27 de enero de 2012

EL FUTURO INMEDIATO VISTO POR EL CANTAUTOR


Programa de difusión y explicación de los problemillas del capitalismo y de su derecha política en España (por lo menos).


A la Chita callando: Lo Porvenir.
Contumaz Derecha suicida:
Quizás no debería advertirte de que caminas hacia el abismo, pero es que después me cae el muerto encima y pago las consecuencias, de manera que no me queda más remedio que decírtelo lealmente: Lo que está ocurriendo desde que caminas en volandas, sostenida por los brazos extremo-derechos de los autoritarios políticos, cogidita de las manos de los especuladores, refocilándote con los corruptos sin ni siquiera utilizar el desodorante y reposando en el regazo de los banqueros, nos lleva a todos a la ruina total.

Como estas cosas te las hemos dicho ya muchas veces y no parece que tengas intención de hacernos caso, te aviso que vas a terminar provocando una resurrección de todo lo que has conseguido dormir profundamente durante estos últimos años de transición desde la dictadura política a la dictadura económica: la conciencia de la explotación, entre otras cosas. Lo insostenible de tu mundo.

Uno siempre ha deseado que las ideas nobles nazcan (y se reproduzcan) como demostración del mejoramiento de la condición humana y no tanto como recurso de supervivencia. Hubiera sido estupendo que los españoles que tuvieron que aprender alemán hubieran dado con el instrumento para satisfacer una insaciable curiosidad filosófica en los textos originales, en vez de obtener un mínimo mecanismo de comunicación para trabajar en las fábricas teutonas.

Unos se adaptaron como pudieron a vivir en sociedades extrañas para ellos. Muchos de nuestros jóvenes se van a acostumbrar a pedir cosas nuevas porque las que se suponía que iban a disfrutar, han desaparecido de los anaqueles de tu supermercado, donde terminamos acudiendo como única fuente de alimentación. Pero es posible que los que vienen detrás borren de sus reflejos lo de aprovisionarse en un lugar que muestra sus anaqueles vacíos para una inmensa mayoría de usuarios. Y surgirán nuevas formas de ser y de estar que nada tendrán que ver con tu interés en que consumamos sólo lo que te pide tu ansia de plusvalía.

De la misma manera, ahora que todos estamos aprendiendo una barbaridad de vocabulario económico financiero, sería interesante que tanto conocimiento repercutiera en una gigantesca conversación colectiva, en las barras de los bares, que elevara las conclusiones a través de las redes sociales hasta el ágora ciberespacial o, aprovechando los actos patrióticos para festejar el éxito futbolístico de La Roja, introducir en el orden del día la celebración de los goles marcados y el análisis de los encajados en todos los restantes ámbitos de nuestra "unidad de destino", más que nada para que el entusiasmo no se quede reducido al juego de pelota y pies. Hasta los futboleros saben apreciar el juego de cabeza.

Si hubieras fichado a Mr. Chance en vez de hacernos perder el tiempo en la falsa elección (20-N)  entre la cara y cruz de la misma moneda, habríamos tenido la ocasión de comentar reflexiones más enjundiosas que las que han recitado los dos protagonistas del primer plano electoral. Como se ha podido comprobar que, pese a todo, había otros que tenían cosas que decir,  creo que una de las consecuencias del tratamiento informativo que le vienes dando a los asuntos públicos es que la plebe va a volver al corrillo como fuente de información. Y los corrillos tienden a montarse entre iguales. Dime tú ahora, si la igualdad más notoria es que los bolsillos van a estar vacíos, cómo se sostiene esa sensación que tenían algunos (antes) de que eran distintos que los demás porque todavía no les habían pasado factura.

Lo vamos a pasar mal. Por tu culpa y porque, demasiados de nosotros, te hemos hecho caso. Pero en la larga cola del paro uno termina comprendiendo quién es y a quiénes se parece. Es posible que no nos guste el resultado de la identificación pero ya no va a ser posible comprarse la seda para no parecer la mona. Tus sederías son cada vez más excluyentes. De manera que tendremos que dignificar nuestra condición simia. Y comprender que, si somos la mayoría, tenemos la oportunidad de luchar para que nuestra opinión y nuestras necesidades tengan más protagonismo que las tuyas.


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