domingo, 15 de enero de 2012

OTROS RETOS DE LA EXPEDICION



Esta niña se llama Chely Tuero y su padre fue un incansable ciclista que tuvo que cambiar el Tour de Francia de 1936 por los caminos de todos los frentes de una guerra civil en la que él estuvo con los suyos (supongan quiénes eran). Acabó sus días en Cuba, tuvo tiempo hasta para defender esa revolución y ahora tenemos que rescatar su memoria, escrita en un sorprendente y apasionante texto, para cuya publicación estamos buscando, entre todos los que nos ocupamos de la memoria colectiva, histórica y, desgraciadamente, amenazada, las colaboraciones necesarias.

Aquella niña Chely, nos espera con toda su generosidad para compartir con nosotros hasta su lavadora (precavida como mujer experimentada, no se fía de nuestra total cabalidad y advierte que no ofrece los servicios de plancha: otra otredad militante, como tiene que ser).

Este es un aviso, Chely. Te localizaremos no para lavar nuestros trapos sucios sino para intentar que tu memoria familiar brille a la luz pública. Hasta pronto.

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