lunes, 30 de enero de 2012

LA TRAMOYA DE TANTA BRAVA LABOR SOBRE LOS ESCENARIOS


En esta breve presentación se rinde homenaje a las tropas que participaron en aquella Brava Labor que se grabó entre Valdepeñas, Colombia (calle de Madrid) y La Moraleja (sin moralinas... allí tiene su estudio nuestro Félix Arribas y allí se masterizaba lo grabado en otros exóticos lugares).


 Las fotos corresponden a Juan Varela-Portas de Orduña, alias "Juanillo" verdadero líder del aparato impresor de La Discreta. Más abajo, Pablo Rodríguez, auténtico consiglieri de "Juanillo", y hombre que maneja los fondos de La Discreta sin necesidad de bucear. También se le conoce como infatigable vendedor de productos discretos en puestecillo instalado a la salida del local donde se celebra el evento y como especialista en danza repentista como la que improvisó durante una cena en casa de Zoraida Santiago, en Puerto Rico, donde -al levantarse de la mesa donde se estaba en pleno banquete- por evitar caerse sobre la mesita del salón como consecuencia de un traspiés, consiguió recorrer gran parte de la casa en medio de extrañas contorsiones y expresiones corporales que causaron el asombro de los comensales.

Se hace referencia en este corto video a una supuesta vigilancia ejercida por la Policía Mediambiental. Sepan nuestros amigos cubanos que dicha policía tiene la misma consistencia que el Padre Collazo y tantos otros personajes escapados de las páginas impresas por La Discreta, en este caso, de una novela de Dativo Donate, "Nuestra Señora del Ciberespacio" a partir de la cual fue tomando cuerpo un entramado (seguimos sin saber distinguir muy bien entre novela negra, simplemente sucia o de intriga) novelero capaz de relacionar el mundo literario con el de las aventuras más reales pero más fantasiosas de algunos miembros de La Discreta, que se veían -por sus irreflexivos pasos- dando pregones de fiestas por un pueblo de Cuenca donde se encontraron con un cónsul de España en Nueva Zelanda, (hasta ahora auténtico el relato pero no me digan que no provoca inventar una trama) con su mujer, una pintora (con cierta lógica, neozelandesa) a la que habían encargado pintar unos cuadros de los frentes de batalla de la Guerra Civil...

Tampoco hay que olvidar la existencia de Luis Junco entre los hombres más discretos de la Academia y de la Editorial. Flexible ya por apellido, Luis cumplía con calma chicha canaria sus funciones de mediador (porque uno se lo encontraba en medio de todas las movidas discretas) sin olvidarse de sus propios trabajos de creación novelesca.
La Discreta tenía razón de ser con su presencia. Ahora va y viene de Canarias a la Península y se le despista una hora en cada cambio.



Sobre la influencia de la Medioambiental en la vida de La Discreta, véase:
Pompeyo Lauro
El Imperio del Mal
Andrés Gastey

Sobre la vida interna de La Discreta, véanse sus papeles secretos publicados.

Sobre la influencia de Pedro Mariné en La Discreta...


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