lunes, 16 de enero de 2012

LO QUE VAMOS A PRESENTAR: LAS DUDAS DEL FUEGO


Esta Bárbara es una mujer peligrosa porque le hace a una sentirse incómoda, como si descubriera todo lo que hay por dentro, piensa Fernanda manteniéndose a distancia.
¡Qué mujer! Fue un desafío de la vida con el cual no pude, dice Ernesto de la Maga de la Hora sin Sombras. Sus furias y sus calmas se parecen a las del mar y el mar aquí está consagrado a la Virgen de Regla, Yemayá, la madre de las aguas. Esa es Regla, para Xiomara. Cira tiene a Caridad como la personificación de lo que expresa su nombre. En su amiga Lázara ve Marina la emisaria de Babalú Ayé, porque se pone de parte de los desharrapados, porque siendo diabla para tantas cosas, es caritativa y misericordiosa con quien lo necesita. Bruja, espiritual, generosa, sensual… Es Regla Caridad Bárbara Lázara de las Mercedes, apellidada Atocha y Sol, nombradía que más podía haber sido Yemayá Oshún Changó Babalú-Ayé Obbatalá Elegguá-Olorun, de los yoruba, si no hubiera sido por la alcurnia familiar. Todos los personajes aportan su propio relato de esta mujer que construyó un círculo en el que mantener la esperanza en la humanidad, aceptando con generosidad los traspiés. La originalidad de su propia conducta vital concita opiniones y perspectivas opuestas. Igual es esta Isla, Cuba, que no se puede entender sin más, hay que vivirla. Y aun así no se consigue, si esa mirada no comprende el componente espiritual africano, la feraz naturaleza caribeña y su rico acervo social, junto a su encrucijada histórica.

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