Que yo era una mentira de la luna
No vuelvas, no, porque la noche es una
hechicera cordial que te ha perdido;
verás que ya no soy milagro ardido:
que yo era una mentira de la luna.
No vuelvas, no, porque será importuna
tu palabra de amor contra mi oído;
verás que no es de besos mi vestido:
que yo era una mentira de la luna.
Quédate como el sueño, desasido.
No vuelvas, no, porque tal vez alguna
maldición se descuelgue del olvido
y te toque en un ímpetu de tuna.
Verás, amor, verás que no he vivido:
que yo era una mentira de la luna.
Carilda Oliver
¡¡Qué bueno!! Como Julia, devuelve la mirada cosificadora y/o sublimadora del hombre sobre la mujer. Con que fina ironía, con qué desprendimiento...
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